En las últimas décadas, la sanidad y la salud han ido evolucionando hacia un nuevo paradigma donde el paciente se convierte en el centro de la atención.
Los datos demuestran que esta orientación al paciente, entendiendo que es el centro de su salud, aporta muchos beneficios, tanto al propio paciente como al mismo sistema sanitario. Y es que situarlo en el centro supone tener un enfoque mucho más preventivo, concienciando al propio paciente de la importancia de que él sea el protagonista de su salud y se implique activamente en entender el proceso de la enfermedad y la mejor forma de prevenirla.
Mejorando la atención al paciente, ayudándole a prevenir problemas de salud, trabajando a conciencia por ofrecerle un diagnóstico correcto y rápido de la enfermedad que padece, facilitándole la medicación más segura y eficaz para curarla o aliviarla y supervisando que ésta dé los resultados esperados, es posible evitar duplicidades terapéuticas, efectos indeseados, visitas y pruebas excesivas o insuficientes, y un largo etcétera. Todo ello redunda en un mayor beneficio para todos.
Este cambio de enfoque es posible también gracias a que el paciente ha asumido un rol activo en su propia salud. Se informa y conoce mejor su proceso. Investiga y pregunta a los distintos profesionales de la salud para conocer mejor lo que le ocurre, y se preocupa por hacer todo lo que está en su mano para prevenir.
En Gammascan llevamos muchos años trabajando con un enfoque individualizado y personalizado en cada paciente, haciéndolo partícipe de todo el proceso y siendo él el centro de nuestra asistencia. Nos implicamos en que conozca el proceso de diagnóstico y seguimiento para que entienda mejor su enfermedad y pueda sentirse mejor atendido.
Sin duda esta nueva forma de relación paciente-médico fomenta lazos más humanos y crea una mayor empatía como individuos, acercando el punto de vista del profesional a como siente y padece el paciente.